Cuando dos personas se aman por encima de todas las cosas y tienen una visión de un futuro juntos, lo más habitual es que acaban frente al altar (o en el juzgado) para hacer oficial ese amor a través del matrimonio. La unión de dos personas que quieren estar juntas para toda la vida es algo más que un simple trámite, aunque algunos lo vean así en estos tiempos modernos donde el amor es tan volátil como deseado. Es una representación de lo que la pareja siente, y de que quiere que ese sentimiento sea duradero, eterno si fuera posible. Aunque las estadísticas cada vez pintan peor, y en muchos países casi la mitad de los matrimonios terminen en divorcio, es cierto que todavía son muchas las parejas que quieren disfrutar de ese día especial con sus familiares y amigos, mostrando a todos su amor y su intención de vivir felices para siempre.

Podría ser, como decíamos, un simple trámite, el cambiar de estado civil en nuestro carné  y poco más… Y sin embargo, el matrimonio lo puede cambiar todo, incluso las propias dinámicas de pareja en temas tan delicados como el dinero, el tiempo que se comparte o el sexo. Si nos ceñimos a las ya nombradas estadísticas, encontramos que para la mayoría de parejas, el estar casados significa tener menos actividad sexual. Es decir, que disfrutaban más de la pasión y del vicio cuando solo eran novios. Hay muchas razones para entender que esto es algo natural, empezando por la propia edad. Cuando una pareja empieza, en torno a los veinte por ejemplo, es normal que su excitación les lleve a estar todo el tiempo pensando en sexo, algo que no ocurrirá conforme vaya pasando el tiempo y las cosas se asienten mucho más. Se pasa el efecto de la novedad, y la rutina puede hacer sombra a todo ese deseo que antes sentíamos con nuestra pareja. ¿Cómo evitar que esto pase? Vamos a intentar averiguarlo en este artículo.