Publicado el 3 julio, 2019 por Elisa
Tips sexuales

Follar en la ducha, disfrútalo al máximo con estos consejos

¿Algunas vez has estado con tu pareja y de pronto os habéis puesto tan cachondos que os veis “obligados” a tener sexo en plena calle? La verdad es que cuando nos pilla el calentón puede ser bastante normal ponernos a follar en cualquier lugar. Por eso el lugar ya no importa, sino las ganas.

Dentro de nuestra propia casa, además de la cama hay infinidad de lugares en los que podrás disfrutar de una experiencia sexual increíble: el salón, la cocina, y ¿por qué no? El baño. Y es que este es el lugar favorito para muchas parejas por el hecho de tener la posibilidad de follar en la ducha, algo que, aunque a muchos puede parecerles bastante incómodo, podemos disfrutar al máximo si sabemos qué posturas y prácticas escoger para llegar al clímax junto a nuestra pareja. Hoy nos gustaría darte algunos consejos que puedes usar a la hora de hacer el amor con tu pareja en la ducha que, muy probablemente, os ayudará a gozar de una experiencia sexual realmente mágica.

¿Darse un baño o una ducha?

En primer lugar estaría bien diferenciar que, como ya sabes, darse un baño no es lo mismo que darse una ducha, y la experiencia tanto en una como en otra puede llegar a ser totalmente diferente.
La principal diferencia entre un baño y una ducha (sexualmente hablando) es que, en el primer caso, podremos disfrutar de una experiencia más calmada y tranquila, podéis serviros una copa de vino y, quizá, fresas con nata, y disfrutar de una experiencia de lo más romántica.

Mientras os dais una ducha puede que el agua del grifo siga cayendo sobre vosotros a modo de cascada mientras tenéis sexo, eso no siempre puede ser cómodo ni agradable, pero todo depende de las posturas que practiques.

Posturas para tener sexo en la ducha

Depende del tamaño de tu ducha hay una serie de posturas que puedes realizar y con las que disfrutarás al máximo de esta experiencia.

Si el espacio es lo suficientemente amplio, la postura de El Perrito nunca falla. Con ella no habrá riesgo de caídas, algo que sí que puede ocurrir con otras posturas.

La postura sexual más común en la ducha es estar de pie, uno detrás del otro. A esta postura también se le conoce como El lobo Al hacerla, puedes apoyarte contra la pared para mejorar tu estabilidad y no caer.

También puedes probar a hacerlo contra la pared, una postura en la que uno de los dos apoya su espalda contra la pared entrelazando sus piernas en el cuerpo de su acompañante.

Por último no podemos más que recomendar La Vid. Es cierto que esta postura requiere cierto nivel de flexibilidad, sin embargo es muy placentera ya que la penetración es mucho más profunda. Para realizarla, la chica debe colocar la pierna sobre su hombre (ya avisábamos que necesitabais flexibilidad de gimnasta) y, para no perder el equilibrio, puede agarrarse del cuello del chico.

Lubricantes

Si alguna vez has practicado sexo en la ducha sabrás que las zonas íntimas no se lubrican con tanta facilidad como cuando lo hacemos fuera de ella. Esto se debe a que el agua no lubrica, de hecho puede ocasionar irritaciones y picores en las zonas íntimas. Por eso recomendamos utilizar lubricantes lúdicas de silicona. Estos son resistentes al agua y no se te irán a no ser que utilices agua y jabón. Puedes adquirir este tipo de lubricantes en cualquier tienda erótica, una compra totalmente recomendable ya que puede convertirse en un producto indispensable para vuestras relaciones sexuales en la ducha.

Precauciones que deberías tomar

Tener sexo en la ducha no es tan fácil como puedas llegar a pensar. Por ello, recomendamos tomar ciertas precauciones a la hora de disfrutar de nuestro encuentro. Quizá el más importante es tener bien en cuenta que el suelo resbala, por eso aconsejamos instalar agarraderas en las paredes de la ducha para tener dónde sostenernos. Tampoco está de más tener una alfombra de ducha con ventosas para evitar así caerte. También aconsejamos quitar los productos de higiene de la ducha, pues con tanto movimiento puede caérsete en los pies y hacerte bastante daño.

Ahora sólo queda disfrutar del sexo salvaje y la pasión más desenfrenada junto a esa persona que es tan especial para nosotros o que, simplemente, nos excita demasiado. ¿Te apetece una ducha bien caliente?

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