El primer burdel de Atenas
La prostitución es un oficio tan antiguo como el propio ser humano, y no en vano se le conoce como la profesión más antigua del mundo. Tal vez sea exagerar un poco, pero está claro que la intención de pagar con sexo para conseguir bienes y servicios siempre ha existido, y ha sobrevivido a todas las épocas y culturas. No en todas ha existido la prostitución tal y como la conocemos hoy en día, pero siempre había mujeres que se entregaban al placer a cambio de un poco de dinero, o incluso otros bienes. Esa transacción podía verse como algo sucio, o como un intercambio más de tantos que se realizaban en la vida cotidiana. Dependía mucho de la propia cultura y la visión que tuviera sobre el sexo, el estar a un lado o al otro de ese juicio. En Atenas, cuna de la cultura clásica, la libertad sexual era bastante importante durante buena parte de la era dorada de la ciudad. Por eso la prostitución era un oficio de primer nivel, al menos en cuanto a ganancias.
Las prostitutas griegas no eran las primeras en entregarse al placer, ni mucho menos. Como ya decíamos, hay registros de prostitución incluso en la Biblia, y culturas anteriores, como los fenicios, ya tenían a las prostitutas entre sus trabajadoras habituales. Sin embargo, Atenas descubrió que aquel oficio no podía quedarse al margen de la ley, y lo institucionalizó. Sirviéndose de ese aperturismo sexual, que permitía a mujeres, hombres e incluso niños entregarse sexualmente a cambio de dinero, los gobernantes griegos crearon prostíbulos municipales. Fue, de hecho, la primera cultura que trato de “legalizar” oficialmente este oficio, aunque solo fuera para controlarlo. Si bien había muchas mujeres que todavía seguían ejerciendo de forma independiente en las calles de la ciudad, la mayoría pasaron a trabajar en estas casas de cita. Prostíbulos que eran dirigidos por ciudadanos atenienses, proxenetas de la época que empleaban a sus esclavas como prostitutas y luego pagaban un impuesto a los gobernantes. Es así como surge el primer prostíbulo de Atenas, impulsado por la propia administración de la ciudad.