El Sexo y el arte, una relación tan longeva como inquebrantable
Cuando hablamos de arte cualquier cosa puede inspirarnos para crear una obra: una puesta de sol, un paisaje, una canción, un suceso histórico…, el sexo, como no podía ser de otra forma por la gran cantidad de emociones y sensaciones que despierta, también ha sido responsable de grandes obras artísticas a lo largo de los años, y gracias a que en los últimos tiempos el sexo no es un tema tan tabú como sí que lo ha sido durante siglos, el número de obras que han sido inspiradas gracias a él ha ido en aumento.
Esto no quiere decir, en cambio, que antiguamente el sexo no fuera el motor inspirador de infinidad de proyectos artísticos, pues desde la prehistoria los primeros hombres y mujeres realizaban obras pictóricas con temática erótica en las paredes de las cuevas que habitaban. Por lo tanto, se podría decir que, ciertamente, el sexo y el arte han mantenido siempre una relación tan longeva como inquebrantable , pues este forma parte de la vida desde el inicio de los tiempos.
Pintura y escultura
Desde obras como ‘El Masturbador’, de Salvador Dalí hasta las fantásticas pinturas flúor de la artista catalana Nymphainna, el sexo ha sido la inspiración de grandes artistas que buscan transmitir sus propias inquietudes a través de su talento. Esto no es algo nuevo, pues a través de los siglos fácilmente podrás encontrar obras como ‘El sueño de la esposa del pescador’, de Katsushika Hokusai, quien a través de la xilografía erótica nos muestra a una mujer teniendo un encuentro sexual con dos pulpos, algo que puede resultar grotesco pero que no deja de ser una obra fascinante, evocando el conocido como erotismo con tentáculos (o violación por tentáculos), un tema pictórico muy común en la tradición de la pintura y el ukiyo-e japonés.
Dentro del arte de la escultura también se ha experimentado mucho con el tema de la sexualidad. No hace demasiado de la polémica con las esculturas metálicas de reminiscencia griega con escenas sexuales del artista Miró y su asentamiento en las calles de Valencia, pues mucha gente lo consideraba una auténtica ofensa. Sin embargo, esto no es algo nuevo, ya que podemos encontrar esculturas sexuales como El Éxtasis de Santa Teresa (de Benini), Eros y Psique (de Antonio Canova) o la Lucerna Romana con simplegma erótico, la cual se haya en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida junto a otras muchas obras del mismo tipo.
¿Sexo en la música?
A día de hoy dentro del terreno musical es algo de lo más normal escuchar hablar de sexo, especialmente en canciones de estilos más urbanos como el trap, el reaggeton, o el rap. Pero estos no son los únicos estilos en los que podemos encontrar a artistas hablando sobre sexo. Temas como Kiss That Frog de Peter Gabriel, Sex Machine de James Brown o Like a Virgin de Madonna no se cortan a la hora de adentrarse de forma explícita dentro del terreno sexual.
Si bien es cierto que algunas de algunas de estas canciones podrían pasarse de la raya por ciertas frases que podrían ser consideradas sexistas, lo cierto es que si prestamos atención, la gran mayoría de canciones de amor de nuestra época hacen alguna referencia al sexo.
El sexo en el cine y los videojuegos
Y como no podía ser menos, al llegar a nuestra era actual el sexo ha sabido cómo introducirse dentro de campos artísticos como el cine y los videojuegos.
En el primer caso podemos encontrar algunas obras más explícitas que otras, desde ‘La vida de Adele’ o ‘Un tranvía llamado deseo’ hasta ‘Nymphomaniac’ o ‘Lucía y el sexo’, obras que no se han cortado lo más mínimo a la hora de reflejar las inquietudes y actos sexuales de sus protagonistas. Por otro lado, si nos introducimos en el mundo de la pornografía de los últimos años podemos descubrir a autores como Erika Lust, quien entiende el cine para adultos como una forma de arte, cuidando cada plano hasta el más mínimo detalle.
Dentro del mundo de los videojuegos, el cual parece estar más de moda que nunca, es fácil encontrar infinidad de títulos con escenas sexuales en él: la saga Grand Theft Auto, Far Cry 3, Assasin Creed o The Witcher 3 son sólo algunos de los títulos que incluyen situaciones bastante subidas de tono.