Sexo en el matrimonio ¿qué es lo que ha cambiado?
Cuando dos personas se aman por encima de todas las cosas y tienen una visión de un futuro juntos, lo más habitual es que acaban frente al altar (o en el juzgado) para hacer oficial ese amor a través del matrimonio. La unión de dos personas que quieren estar juntas para toda la vida es algo más que un simple trámite, aunque algunos lo vean así en estos tiempos modernos donde el amor es tan volátil como deseado. Es una representación de lo que la pareja siente, y de que quiere que ese sentimiento sea duradero, eterno si fuera posible. Aunque las estadísticas cada vez pintan peor, y en muchos países casi la mitad de los matrimonios terminen en divorcio, es cierto que todavía son muchas las parejas que quieren disfrutar de ese día especial con sus familiares y amigos, mostrando a todos su amor y su intención de vivir felices para siempre.
Podría ser, como decíamos, un simple trámite, el cambiar de estado civil en nuestro carné y poco más… Y sin embargo, el matrimonio lo puede cambiar todo, incluso las propias dinámicas de pareja en temas tan delicados como el dinero, el tiempo que se comparte o el sexo. Si nos ceñimos a las ya nombradas estadísticas, encontramos que para la mayoría de parejas, el estar casados significa tener menos actividad sexual. Es decir, que disfrutaban más de la pasión y del vicio cuando solo eran novios. Hay muchas razones para entender que esto es algo natural, empezando por la propia edad. Cuando una pareja empieza, en torno a los veinte por ejemplo, es normal que su excitación les lleve a estar todo el tiempo pensando en sexo, algo que no ocurrirá conforme vaya pasando el tiempo y las cosas se asienten mucho más. Se pasa el efecto de la novedad, y la rutina puede hacer sombra a todo ese deseo que antes sentíamos con nuestra pareja. ¿Cómo evitar que esto pase? Vamos a intentar averiguarlo en este artículo.
La sexualidad antes del matrimonio
Aunque no queramos reducirlo todo a algo tan sencillo como señalar al matrimonio a la hora de dismunuir el deseo en la pareja, lo cierto es que la realidad nos muestra una inclinación muy evidente ante esa posibilidad. Pero hay mucho más detrás, por supuesto. La sexualidad antes del matrimonio, cuando la pareja se conoce y hasta que deciden pasar por el altar, tiende a ser mucho más intensa y descarada que después de estar casados. Es como si algo cambiase, nos guste o no, a la hora de contraer matrimonio y convertirnos en marido y mujer, en lugar de seguir siendo simplemente dos personas que salen juntas. En esto tiene que ver también ese proceso de enamoramiento intenso que se produce cuando conocemos a alguien y empezamos a salir con esa persona.
Es un periodo que suele durar entre nueve y dieciséis meses, aproximadamente, y en el que estamos viviendo esos sentimientos de una manera tremendamente intensa, pensando a todas horas en esa persona y queriendo disfrutar con ella, aprovechando cada oportunidad que tenemos para ello. La mayoría de parejas se conocen en la juventud, y este periodo hace también que su libido se mantenga en lo más alto durante esos primeros meses de relación. Todo es nuevo, excitante y divertido. Podemos hacer locuras. Podemos probar cosas diferentes. Podemos explorar nuevas fantasías y pasiones. Pero claro, esto solo ocurre durante un tiempo, porque cuando todo eso pasa a ser lo habitual, la novedad ya deja de serlo y el sexo ya no tiene ese matiz tan excitante.
Frecuencia de las relaciones tras el matrimonio
Entonces llega el matrimonio y parece como si de repente se nos hubieran quitado las ganas de disfrutar carnalmente de nuestra pareja, cuando evidentemente no debería haber motivos para ello. Y sin embargo, según encuestas realizadas en Estados Unidos, alrededor del 20% de los matrimonios no han tenido sexo en el último año, aumentando con creces esa cifra en aquellos matrimonios de diez o más años de duración. ¿Es entonces el hecho de casarnos lo que provoca esa ausencia de pasión? ¿O tal vez sea la propia vida y lo que nos viene aparejado con el matrimonio (proyectos de casa, trabajos más exigentes, hijos) lo que nos hace perder las fuerzas y dejar el sexo como algo secundario? Lo que sí parece claro es que las personas casadas tienen menos sexo que las personas solteras o emparejadas sin casarse.
Factores que influyen en el deseo sexual
Esa es la conclusión, pero para encontrar la solución al problema debemos retroceder hasta la raíz. La falta de sexo viene dada, en ocasiones, por falta de tiempo, pero en la mayoría de veces, por falta de ganas o de deseo sexual. ¿Cómo se llega a esa situación? Son muchos los factores que pueden provocarla, desde luego, pero por encima de todos está la rutina. Esa sensación de que ya no hay nada nuevo ni excitante en nuestras vidas, de que todo, incluso lo que antes nos hacía arder en deseo, se ha vuelto típico y sin interés. El estrés y el cansancio acumulado también pueden afectar seriamente a nuestro deseo sexual, algo habitual cuando empezamos a tener cierta edad y ya no somos tan fogosos como lo éramos antaño.
Consejos para parejas casadas
Si estás en esa situación, o a punto de casarte, y no quieres que este problema te atrape también a ti, tal vez te venga bien tener en cuenta esta serie de consejos. Lo primero, no dejar que la rutina le gane al deseo. Si tienes a tu lado a una persona por la que te vuelves loco, que te hace estallar de deseo y de amor, no dejes de demostrárselo, por mal que vayan las cosas, por muy cansados que estéis. Conviene tener siempre un rato para vosotros, para animaros a mantener esa llama de la pasión tan necesario para permitir que el amor siga fluyendo. Y es que el sexo es imprescindible en una relación, y sí, también durante el matrimonio.
El hecho de estar casados no significa que puedas dejarte llevar y sentir que ya está todo hecho, que no tienes que seguir conquistando a tu pareja cada día. Mantenerse en forma y tener un aspecto atractivo siempre ayuda para que la libido se mantenga con fuerza. Hablar mucho con nuestra pareja, hacer de la comunicación nuestra mejor arma, es también un consejo aplicable a cualquier cosa dentro del matrimonio, porque nos ayudará a entender mejor a la otra persona, a la que tal vez ya dábamos por entendida del todo. Las cosas cambian, el deseo también, pero poniendo de nuestra parte, el sexo en el matrimonio puede ser tan intenso y disfrutable como lo era antes de casarte.